miércoles, 13 de febrero de 2013

LA VERDADERA RAZÓN DE LA RENUNCIA DEL PAPA


El pasado lunes nos despertamos con la noticia de que el Papa había renunciado. La renuncia del Papa es de esas cosas que no se entienden mucho. Surgen conjeturas e hipótesis. Pero la verdad es que “el señor Ratzinger (Benedicto XVI), ha renunciado toda su vida.
El Papa renunció a una vida normal. Renunció a tener una esposa. Renunció a tener hijos. Renunció a ganar un sueldo. Renunció a la mediocridad. Renunció a las horas de sueño, por las horas de estudio. Renunció a llenar su cabeza de Mozart, para llenarla de teología. Renunció a llorar en los brazos de sus padres. Renunció a teniendo 85 años, estar jubilado, disfrutando a sus nietos en la comodidad de su hogar y el calor de una fogata. Renunció a disfrutar su país. Renunció a su vanidad. Renunció a defenderse contra los que lo atacaban. Vaya, me queda claro, que el Papa fue un tipo apegado a la renuncia.
Y hoy, me lo vuelve a demostrar. Un Papa que renuncia a su pontificado cuando sabe que la Iglesia no está en sus manos, sino en la de alguien mayor, me parece un Papa sabio. Pero ser Papa a estas alturas del mundo, es un acto de heroísmo. El primer Papa fue un tal Pedro. Murió en una cruz, crucificado igual que a su maestro, pero de cabeza. Hoy en día, Ratzinger se despide igual. Crucificado por los medios de comunicación, crucificado por la opinión pública y crucificado por sus mismos hermanos católicos. Es un mártir contemporáneo, de esos a los que se les pueden inventar historias, a esos de los que se les puede calumniar, a esos de los que se les puede acusar, y no responden. Y cuando responden, lo único que hace es pedir perdón. ‘Pido perdón por mis defectos’. Ni más, ni menos. ¡Qué pantalones, qué clase de ser humano! Podría yo ser mormón, ateo, homosexual y abortista, pero ver a un tipo, del que se dicen tantas cosas, del que se burla tanta gente, y que responda así… ese tipo de personas, ya no se ven en nuestro mundo…
Vivo en un mundo donde es chistoso burlarse del Papa, pero pecado mortal burlarse de un homosexual. Pues ahora sé Señor Ratzinger, que vivo en un mundo que lo va a extrañar… Usted va a morir tranquilo señor Ratzinger. Sin homenajes pomposos. Va a morir, como vivió aún siendo Papa: humilde.
Benedicto XVI, muchas gracias por renunciar” (Tomado de: oehd.wordpress.com).


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