Lo que
demuestra hasta dónde ha llegado el largo brazo de la C 4, (corruptos que corrompen a
los coge cuarto), ya que a pesar de la existencia de dos Resoluciones del
Concejo de Regidores, una de fecha 7 de julio del 2011, que ordena la
presentación de expedientes técnicos calificados, cuando se solicite permiso
para el uso de suelo; y la otra, de fecha 18 de octubre del presente año, que
aprueba la paralización de todas construcciones de embasadoras de gas y demás
edificaciones en la Bartolomé Colón ;
ambas violadas impunemente, por quienes se creen dueños de la ciudad, sin tener
en cuenta a quienes residen desde hace más de 60 años en las comunidades
amenazadas por este peligro público.
Y sin obtemperar ante disposiciones de
paralización ni de la existencia de más de cinco centros educativos públicos, en los niveles inicial,
básico y media, con una población estudiantil que supera los tres mil alumnos
que diariamente asisten a sus respectivas escuelas a recibir el pan de la
enseñanza dentro de un radio de mil metros lineales y en pleno centro
geográfico del primer Santiago de América.
No existe
ningún tipo de estudio de impacto ambiental, ni técnico, que avale esta
ilegalidad, pues no es posible que alguien, en su sano juicio, se atreva a dar
un permiso de la noche a la mañana y en pleno centro de la ciudad y en un
reducido perímetro, atiborrado de inflamable y explosivos negocios, sin tener
en consideración una población de más de diez mil familias y ni hablar de los
incontables centros comerciales, negocios, almacenes de tabaco y la propia
comandancia regional de la Policía Nacional.
La
alteración del medio ambiente constituye un impacto negativo, de acuerdo con
los procedimientos estándar de actividades que modifican un determinado
entorno, en el caso que nos ocupa tenemos que se pretende enterrar o colocar,
grandes tanques para el almacenamiento de gas, sin tener en cuenta a la
población circundante, exponiéndola a un peligro constante.
Es negativo
porque degrada la zona impactada y la expone a un peligro mayúsculo, inflamable
y explosivo, la destrucción del ambiente ha resultado ser total y alta,
representando un impacto extremo, su extensión es puntual y concreta en una
ubicación critica por ser el centro urbano geográfico de la ciudad y próximo a
un puente vial.
Representa
un daño temporal, pertinaz y permanente, debido a que el espacio impactado cae
en la categoría de una recuperación irreparable y de que está próximo y dentro
de los linderos de un bien público, como es el caso del puente de la Bartolomé
Colón, pues allí, hace apenas 3 meses, vivían familias en las viviendas que hoy
han desaparecido, al igual que un hito histórico de la antigua carretera
Luperón.
A todo esto
hay que sumarle el hecho de que, ni una sola de las instituciones oficiales y
sus funcionarios ha dicho esta boca es
mía, ni manifestado interés en impedir esta ilegal y violatoria afrenta, pese a
que se le ha manifestado la oposición por escrito, de parte de las
organizaciones y personas individuales que tienen vida en más de 15 comunidades
que resultarían afectadas por este peligro público.
Como por
ejemplo, al ministerio de medioambiente, ministerio de industria y comercio,
procuraduría de medio ambiente, gobernación provincial, alcaldía municipal,
digenor, proconsumidor, sala capitular, cuerpo de bomberos, defensa civil,
urbanismo municipal, colegio de ingenieros, senador provincial, los 8 bloque de
regidores, presidente Cámara de Diputados, entre otros.
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