El Padre César Hilario no es un cura cualquiera. Además de ser un excelente director coral, el religioso es un preocupado por temas de amplia discución social y religiosa. Siempre atento a las necesidades en las que ha prestado servicio ese católico es un símbolo de fe.Sus 50 años dedicados a la vida sacerdotal, fueron celebrados el domingo 27 de Julio con una misa celebrada en la parroquia San Pedro y San Pablo, del sector El Ensueño, acto que fue encabezado por monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, arzobispo de la diócesis de Santiago.
El conocido sacerdote, quien tomó notoriedad como tal a principios del decenio de los años 70s, cuando se desempeñó como párroco de la iglesia Santo Cura de Ars, de Pueblo Nuevo, consideró que hoy, como en esos tiempos, los pobres siguen siendo los grandes marginados de la sociedad.
César Hilario fue ordenado sacerdote por el Papa Pío XII el 27 de Julio del 1958, en Roma, Italia y consideró que el acontecimiento del quincuagésimo aniversario es un punto de partida, para su sacerdocio. Amante de la música y de la lectura, inicio su vida religiosa a la edad de 12 años.
El también fundador y director del Orfeón de Santiago definió como “una acción violenta”, todo lo ocurre alrededor de más de ocho millones de pobres que existen en el país, “a quienes se les aumenta de todo, sin que ellos no puedan aumentar nada”.
“Nosotros somos 10 millones de habitantes y 8 somos pobres, o sea, para
que nos entendamos al calor de la situación de hoy, en nuestro país la mayoría somos víctimas de los aumentos, pero resulta que esa amplia población no tiene a quién aumentarle, lo que se traduce en una situación violenta, en negrita y subrayado, es decir vivimos sobre un barril de pólvora”, sostuvo.
Recordó una frase de la Segunda Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, hace 40 años, donde los obispos expresaron que “no hay que abusar de la paciencia de un pueblo que soporta durante años, una condición que difícilmente aceptarían quienes tienen un gran grado de coincidencia de los derechos humanos”.
El conocido sacerdote, quien tomó notoriedad como tal a principios del decenio de los años 70s, cuando se desempeñó como párroco de la iglesia Santo Cura de Ars, de Pueblo Nuevo, consideró que hoy, como en esos tiempos, los pobres siguen siendo los grandes marginados de la sociedad.
César Hilario fue ordenado sacerdote por el Papa Pío XII el 27 de Julio del 1958, en Roma, Italia y consideró que el acontecimiento del quincuagésimo aniversario es un punto de partida, para su sacerdocio. Amante de la música y de la lectura, inicio su vida religiosa a la edad de 12 años.
El también fundador y director del Orfeón de Santiago definió como “una acción violenta”, todo lo ocurre alrededor de más de ocho millones de pobres que existen en el país, “a quienes se les aumenta de todo, sin que ellos no puedan aumentar nada”.
“Nosotros somos 10 millones de habitantes y 8 somos pobres, o sea, para
que nos entendamos al calor de la situación de hoy, en nuestro país la mayoría somos víctimas de los aumentos, pero resulta que esa amplia población no tiene a quién aumentarle, lo que se traduce en una situación violenta, en negrita y subrayado, es decir vivimos sobre un barril de pólvora”, sostuvo.
Recordó una frase de la Segunda Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, hace 40 años, donde los obispos expresaron que “no hay que abusar de la paciencia de un pueblo que soporta durante años, una condición que difícilmente aceptarían quienes tienen un gran grado de coincidencia de los derechos humanos”.
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