Al municipio le sobrevino entonces la desaparición de esa importante fuente productiva y el cierre de la industria de cigarro y de las industrias carnicas que existían.
Es ese vacío cuando inicía a tener fuerza aquí la parte negativa de la gran presencia de elementos vinculados al tráfico de drogas. Tamboril pasa de ser un pujante municipio a ser mecionado como el escondrijo de las ratas del tráfico de estuperacientes y vinieron nuevos ricos que nada hicieron por su localidad.
Con el paso del tiempo le han venido los problemas y empobrecimiento de su gente que vive de las industrias de zonas francas, el motoconho y una pobre presencia de productores agrícolas.
Al mal estado de esas vías se suman como problemas primordiales el deficiente servicio de agua potable, así como el mal estado de las calles de barrios ubicados en pleno centro del pueblo y donde nunca sus moradores han visto siquiera una pulgada de asfalto en esos lugares.
Todo esto, a pesar de que este municipio fue construido en 1903 y donde en la actualidad residen alrededor de 65 mil personas. Tamboril ha sido una comunidad donde tradicionales empresas sentaron sus raíces, llevando la prosperidad económica a la zona, destacándose las industrias del cigarro, la ganadería y la porcicultura.
Sin embargo, con el paso del tiempo ese bienestar económico ha ido lentamente desapareciendo y ya Tamboril no es aquel municipio que en toda la provincia solo era superado por la ciudad de Santiago. La falta de adecuados servicios públicos y el mal estado de sus calles muchas veces dan la impresión de ser un pueblo con rasgos fantasmales.
Su plaza central, otrora lugar para el solaz y esparcimiento de sus habitantes, hoy sirve fundamentalmente para albergar a hombres y mujeres que se pasan largas horas sentados allí, resignados ante las dificultades para poder conseguir dónde trabajar.
Una variedad de productos agrícolas, matizados por las siembras de plátanos, café, yuca y aguacates, todavía es producida en los campos de aquí, pero las malas condiciones de los caminos vecinales imposibilitan su efectivo traslado a los mercados, con el consiguiente perjuicio económico para sus productores.
Esta realidad mayormente la viven los campesinos de Canca Arriba, La Lomita, Boca de Licey, Los Cacaos, La Sabana, Canca Abajo y Amaceyes, lugares donde tradicionalmente se producen las más grandes siembras de esos y otros productos.
En diferentes administraciones gubernamentales se han iniciado la restauración de esas vías terrestres pero, para frustración de los vecinos de esos lugares, los trabajos son descontinuados sin aparente motivos ni razones.
En lo que tiene que ver con el servicio de agua potable, el mismo es deficitario no obstante provenir el agua del acueducto Cibao Central, localizado en la comunidad La Noriega, de Santiago. Es la misma agua que se consume en esa ciudad y en el municipio de Licey.
Todo esto, a pesar de que este municipio fue construido en 1903 y donde en la actualidad residen alrededor de 65 mil personas. Tamboril ha sido una comunidad donde tradicionales empresas sentaron sus raíces, llevando la prosperidad económica a la zona, destacándose las industrias del cigarro, la ganadería y la porcicultura.
Sin embargo, con el paso del tiempo ese bienestar económico ha ido lentamente desapareciendo y ya Tamboril no es aquel municipio que en toda la provincia solo era superado por la ciudad de Santiago. La falta de adecuados servicios públicos y el mal estado de sus calles muchas veces dan la impresión de ser un pueblo con rasgos fantasmales.
Su plaza central, otrora lugar para el solaz y esparcimiento de sus habitantes, hoy sirve fundamentalmente para albergar a hombres y mujeres que se pasan largas horas sentados allí, resignados ante las dificultades para poder conseguir dónde trabajar.
Una variedad de productos agrícolas, matizados por las siembras de plátanos, café, yuca y aguacates, todavía es producida en los campos de aquí, pero las malas condiciones de los caminos vecinales imposibilitan su efectivo traslado a los mercados, con el consiguiente perjuicio económico para sus productores.
Esta realidad mayormente la viven los campesinos de Canca Arriba, La Lomita, Boca de Licey, Los Cacaos, La Sabana, Canca Abajo y Amaceyes, lugares donde tradicionalmente se producen las más grandes siembras de esos y otros productos.
En diferentes administraciones gubernamentales se han iniciado la restauración de esas vías terrestres pero, para frustración de los vecinos de esos lugares, los trabajos son descontinuados sin aparente motivos ni razones.
En lo que tiene que ver con el servicio de agua potable, el mismo es deficitario no obstante provenir el agua del acueducto Cibao Central, localizado en la comunidad La Noriega, de Santiago. Es la misma agua que se consume en esa ciudad y en el municipio de Licey.
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