viernes, 25 de abril de 2008

VEN HAITI EN PROBLEMAS

El periódico Camino, organo de difusion de la Conferencia del Episcopado Dominicano y el Arzobispado de Santiago expone sus preocupaciones sobre Haití en su editorial de esta semana. Señala que:
"Los jesuitas del hermano pueblo haitiano han hecho una radiografíaestremecedora de la situación que atraviesan los habitantes del paísmás pobre de América Latina y uno de los cinco más pobres del mundo.Los miembros de la Compañía de Jesús hablan de la vergonzosapauperización de las poblaciones urbanas y rurales, de la incapacidadtotal de la mayoría de los gobernantes que ha tenido esa nación parahacerle frente a los problemas fundamentales que sufren.Continúan enumerando otros problemas, como son:El aumento de la inseguridad, especialmente la reaparición delfenómeno de los secuestros y la desesperación de los jóvenes.La total aniquilación de la función política del Parlamento, de lasinconductas de sus miembros, tales como la corrupción, la venta decargos…Echan en cara la irresponsabilidad de la comunidad internacional,sobre todo los países que se dicen amigos de Haití, que no hanmantenido sus promesas y asisten cínicamente al descenso a losinfiernos de la sociedad haitiana.Con voz de impotencia exclaman: El pueblo haitiano es un pueblovaliente, pero ya no puede más.Luego expresan la esperanza en el Dios que libera, y proclaman: ComoYahvé en el desierto vemos la miseria del pueblo y oímos sus gritos:Yo soy Yahvé, tu Dios. He visto tu miseria y he oído tu grito. Conozcotus angustias. Lo que quiero para ti es vida, y no la muerte.Desde CAMINO, tenemos fe de que este grito de angustia y desesperacióngenere de manera urgente, la solidaridad internacional para frenar ladesintegración de un pueblo noble, que se derrite como cera ante elfuego.Ya nuestro país ha puesto su cuota de apoyo paliando, en parte, elhambre y la falta de empleos que padecen los habitantes de la primeranación negra libre en el mundo. Ahora le toca a las grandes potencias,y a todos los países que aman la vida, arrimar el hombro, para que nosigamos mirando el funeral de un pueblo que reclama resurrección".

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